Suciedad perdón Sociedad - 94 DKN

Pic by Ryoji Iwata
Pic by Ryoji Iwata

Bienvenidos a la novena cuarta transmisión del pódcast de Debrayando con kajii Narumi, un pódcast donde hablamos de ningún tema en especial y el contenido es para su puro entretenimiento. Pero tal vez esto ya lo sabes. Y si es así, me alegra decirte que eres parte de la elite que he escuchado con anterioridad ese pódcast. Me presento. Soy Kajii Narumi y me siento con la obligación de considerarlos con respecto a la numeración de este pódcast, dado que será el primero que se publicará para un público en general y saldrá en YouTube, Spotify y no sé qué más servicios. 

Claro, eso es únicamente un formalismo social, ya que si por un momento nos ponemos a pensar en ello, nos damos cuenta de que lo necesitamos para que esta sociedad funcione. Y no es que lo diga yo, solo mira para atrás en el pasado. Imagina que eres un humano primitivo, vale, no necesitas usar mucha la imaginación. Tal vez es algo que se te da de forma natural. Pero imagina que estás unos cien mil años atrás, tienes que cazar, cocinar, cuidar a las crías, prender fuego, recoger la caverna, sacar a pasear a tu Rexy y contestar tus señales de humo. Entre múltiples actividades primitivas… Empiezo a preguntarme en dónde quedó la evolución en este ejemplo.


Continuamos con el ejemplo. Recuerda que estás en un mundo hostil, donde hay más criaturas queriendo lo tuyo, o tal vez quieren comerte a ti. Como eres consciente de semejantes peligros de la naturaleza, se te ocurre crear una sociedad y decides involucrar a otro humano primitivo para dividirse el trabajo y cuidarse mutuamente. Excelente idea, ¿No? Bueno, con el tiempo este otro humano involucrará a otro neandertal a tus espaldas y cuando menos te des cuenta te quitarán hasta tu fiel Rexy. Bueno, esa es otra historia.


El punto es de que gracias a esta mini sociedad que has creado ahora el trabajo, es menor, pero te das cuenta de que otros humanos primitivos también están haciendo su mini sociedad y como tu primitivo cerebro quiere que lo tuyo sea tuyo, decides hacer pacto con los demás primitivos humanos y llegan a cientos de acuerdos como el ser amables, apoyarse cuando el otro lo necesita, tomarlos en cuenta para decisiones que afectan al grupo, compartir las brasas para que otros puedan mandar sus señales de humo, aunque no te paguen el internet, perdón. Aunque no te ayuden a encender la hoguera, entre más reglas, que algunos rayan en lo ridículo.


Con el tiempo esas sociedades empiezan a crecer más y más y más y más y más y cada vez mucho más. Y empiezan a crear nuevos formatos de convivencia. Pero para que nadie se queje, bueno, no tanto, se empieza a usar una democracia. Esa ya te suena familiar, ¿No? Pero vale, esto de la sociedad tiene sus ventajas, si lo ves desde un punto positivo ahora tienes más tiempo de sobra, el cual puedes utilizarlo para cosas muy importantes como ver las nubes, contemplar el vuelo de la mosca, explorarte, hacer un pódcast o incluso aprender una nueva habilidad, pero qué flojera ser esto último.


Al final tiempo tenemos mucho, pero vida poca. Así que tenemos que usar este tiempo de forma sabiamente para disfrutar de actividades realmente importantes, como en: ver a otros humanos primitivos correr detrás de una roca redonda o pasar el día enviando señales de humo. Digo algo que te nutre espiritualmente ¿No? Que llene ese vacío interior.


Pero aunque no lo creas, hay un pequeño porcentaje de estos humanos que decidió aprender una nueva habilidad e incluso llegó a un punto de especialización. Así que estos pequeños bichos raros de la sociedad empezaron a crear y a hacer actividades cada vez más especializadas. Y los primitivos humanos normales empezaron a darles objetos por esos artículos y servicios y así crearon el comercio. Interesante, ¿No? Bueno, pero no te vayas con la finta. No todo es como lo pintan. Porque la sociedad empezó a decidir qué servicios y artículos iban a ser aceptados y cuáles no, pero de eso ya hablaremos más adelante.


Con el paso del tiempo la humanidad fue evolucionando y podemos decir que entre comillas para bien, y lo digo entre comillas. Y es simple, ya que durante toda esa evolución se la pasaron rompiendo las mismas reglas sociales que se autoimpusieron, si no me crees solo mira este ejemplo, en un inicio ya habíamos dicho que la idea de la sociedad era para cuidarnos entre nosotros, pero, de buenas a primeras algún tipito se le ocurre explorar nuevos horizontes y como ve que en otras partes del globo terráqueo hay otras sociedades se le pega la gana de quererlo y lo toma la fuerza, Mata, destruye a esa sociedad y todavía se jacta de ser Héroe. Y en su sociedad natal, del supuesto héroe genocida, lo idolatran, lo halaban, le crean estatuas, hacen un día especial para festejarlo y quieren que la sociedad sometida lo vea como todo un salvador. Si este ejemplo no te basta, también se creó la libertad de pensamiento, pero si no crees en lo mismo, te matan. Y así podemos encontrar incoherencias a lo largo de la historia. 


Pero dejando todo esto de lado, ya estamos más evolucionados. Ahora tenemos una suciedad, perdón, sociedad más estable, con mayor libertad, ¿No? Ya no matamos a lo tonto, ya no juzgamos por raza, género, creencia, orientación, oficio, etcétera. Porque ahora ya vivimos en el 3545, ¿No?. Espera, aún estamos en el 2020. Por un momento se me fue el tiempo. Aún seguimos haciéndolo. Y créanme cuando les digo que sigo con la duda de cuál fue la evolución, vale, sí hemos tenido una evolución física, no. Ahora tenemos cuatro brazos. ¿No? Ah, bueno, entonces ya tenemos una mente superdesarrollada. ¿No? Tampoco. Entonces, ¿Cuál fue la jodida evolución? En fin. 


Y es que esos bichos que se especializaron y se les ocurrió sacar un producto que cada vez fueron mejorando aún siguen siendo bichos raros. Y si usas uno de sus servicios o productos o te gustan por lo menos, también eres un bicho raro. Esas personas que trabajaron y se esforzaron para mejorar y llegaron a crear algo así como Prada, Lacoste, Chanel, Ferrari, Lamborghini, Apple, etcétera, etcétera, etcétera, etcétera. Gran parte de la sociedad piensa que esos productos son un robo y que no valen la pena. Claro, no es que yo compre sus productos o use sus servicios y no es que no me gusten. Pero, ¿han visto cuánto cuesta? Están carísimos, es un robo descarado. Ah, pero no les digas nada Facebook, WhatsApp, Instagram, Xiaomi, Huawei o Windows. Por poner un ejemplo. Ya que ahí ni pío dicen, al contrario, hasta te tachan de mamón por no querer usarlos. Claro, el robo de datos personales no es lo mismo que pagar por un producto o servicio. 


Pero hasta doble cara se volvió la sociedad, se quejan del precio caro del artesano, pero ¿Qué tal sus discos MP3 piratas? ¿O de los cientos de canciones descargadas ilegalmente? Aprecian a una empresa que te llena de porquerías el cuerpo, pero juzgan a las mujeres de poca ropa que están allí para darte un poco de cariño y calor corporal. Pero no siempre fue así, hubo un tiempo donde esta actividad no estaba mal vista por la suciedad, perdón, sociedad. Creo que tengo un problema con esa palabra. 


Pero hemos evolucionado tanto que ahora tenemos sociedades dentro de otras sociedades, pero curiosamente, si perteneces a esas otras sociedades, ahora eres un inadaptado social. Cuando los que no soportan estas nuevas sociedades son la sociedad principal y para los pobres, darketos, cholos, hipster, emos, aficionados que viven en la intensidad del fútbol, no espera, esos últimos sí son aceptados socialmente, pero para los góticos, punketos, raztafaris, otakus o reggaetoneros son socialmente aislados e incomprendidos cuando lo único que quieren es un poco de afecto y comprensión, menos los últimos los reggaetoneros hay que quemarlos en las hogueras como a las brujas, que por cierto, fueron salvajemente acusadas y torturadas por una sociedad que era vil y tirana, pero aceptada. Y es que la gente con tal de pertenecer a una sociedad hace lo que sea necesario, como decir que tu amistad es una bruja o brujo, ir a conquistar y asesinar a diestra y siniestra, o incluso algo peor, usar algún servicio de Facebook o Microsoft.


Y bueno, podría estar aquí hablando de este tema durante varios días, pero voy por unas papitas y un refresco, así que regresando a la pregunta principal, este será el primer pódcast de Debrayando con Kajii Narumi, ya que esto no es una democracia, es mi pódcast y yo hago lo que quiero. A los nuevos que llegaron hasta aquí sin recordarme a mi mami o que incluso lo hicieron, este pódcast tiene múltiples facetas y hoy es tocó la del humor negro. 


Recuerden darle, me gusta, suscribirse para los que me escuchan en YouTube y activar la campanita. Por cierto, encontré una página donde hay cientos de discografías con descarga completamente gratis. Así que déjenla en los comentarios si quieren que les pase las páginas que están buenísimas. En las otras plataformas en las que no tengo la menor idea de cómo funciona, vayan a mi canal de YouTube y suscríbanse, denle me gusta y repitan los procesos anteriores.


También aprovecho para comunicarles que ya tenemos cuenta verificada en la red social de Vero. Y si quieres saber lo que hago en mi día a día, como la música que escucho, la película que veo, entre más actividades tienes que ir y darme un follow. Y si te surgió la duda de tenemos hablo en plural porque es mi unicornio azul y yo. Y claro, yo soy de esos mamones que no utilizan Facebook, Instagram, WhatsApp o algún producto de Microsoft.


Ahora sí, recuerden, pórtense mal, cuídense bien, niéguenlo todo, finjan demencia y nos vemos el siguiente lunes.


Recuerda que puedes escucharlo en Vero: https://vero.co/kajiinarumi/sM-PhDVfb3X1T91Zc16VWQr6


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